El hipoclorito de sodio es una solución ampliamente utilizada en odontología, especialmente en la endodoncia, para desinfectar y limpiar los conductos radiculares durante los tratamientos de conducto. Tiene propiedades antimicrobianas y disolventes, lo que lo hace efectivo para eliminar bacterias, tejidos necróticos y restos orgánicos del interior del diente. Su uso ayuda a prevenir infecciones y asegurar una limpieza profunda de los conductos antes de su obturación.
El hipoclorito de sodio se utiliza en concentraciones que varían entre el 0.5% y el 6%, dependiendo de la necesidad clínica. Aunque es muy efectivo, debe manejarse con cuidado debido a su potencial irritante para los tejidos blandos y la piel, y porque puede causar daño si se extruye fuera del conducto radicular.